En Blume creemos en el bienestar consciente. Cuidar tu cabello no debería ser una tarea automática, sino un pequeño ritual de autocuidado. Y la mejor noticia es que no necesitas complicarte la vida con diez botes diferentes. Bajo nuestra filosofía de «menos es más», te proponemos una rutina sencilla basada en los mismos principios que el cuidado de la piel.
Paso 1: La Limpieza (El Champú)
El objetivo del champú es limpiar el cuero cabelludo, no agredir la fibra. Un error frecuente es frotar el pelo como si fuera ropa sucia. Esto solo levanta la cutícula y provoca encrespamiento.
- El consejo Blume: Elige un champú respetuoso, con ingredientes naturales y sostenibles, que elimine las impurezas sin retirar la barrera protectora natural de tu piel. Masajea suavemente la raíz y deja que la espuma limpie el resto al caer.
Paso 2: El Tratamiento (Acondicionador o Mascarilla)
Este es el momento de tratar. Si en la cara usas un sérum antiarrugas o hidratante, aquí usas tratamientos que penetren en el cabello. Dependiendo de tu necesidad (hidratación, reparación, color), utilizaremos gamas específicas como Fibre Clinix, diseñadas para reconstruir la estructura interna del cabello. No se trata de «suavizar» por fuera, sino de curar por dentro.
Paso 3: Protección y Sellado (El acabado)
Nunca saldrías a la calle en pleno verano sin crema en la cara, ¿verdad? Tu cabello también está expuesto al sol, al viento y al calor de secadores y planchas. Aplicar un producto de acabado (un aceite, un sérum de puntas o un protector térmico) es vital para sellar todo el tratamiento anterior y mantener el cabello sano hasta el siguiente lavado.
¿No sabes qué productos son para ti?
Sabemos que es difícil acertar. ¿Necesito proteínas? ¿Necesito hidratación? ¿Mi pelo es seco o está dañado? Para evitar que llenes tu baño de productos que no te funcionan, hemos creado una herramienta muy sencilla.
En menos de un minuto, puedes descubrir cuál es la rutina ideal para tu tipo de cabello y tu estilo de vida.